¿QUE ES EL PROYECTO CÓDIGO AMBIENTAL?


EL VALLE DE MEXICO EN EL SIGLO XVI


Permitome hacer algunas aclaraciones respecto al proyecto del Código Ambiental.
Código Ambiental es un ejercicio académico, pero también político.  No deja de ser tampoco un proyecto pedagógico, mediante el cual, el profesor y los alumnos que participan en él, juegan a ser legisladores, y también, artífices y participantes de instancias jurídicas que pretenden fomentar la democracia y la participación ciudadana.
Una Iniciativa Popular es una figura reciente en el derecho constitucional. Existe en Europa y en Estados Unidos, algunas figuras parecidas a esta; en Argentina, Brasil, Colombia, la iniciativa popular permite que la ciudadanía, pueda presentar ante sus respectivos congresos iniciativas de ley, requiriéndoles únicamente, la iniciativa de ley, así como el aval de firmas de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral.
¿Por qué en México no podíamos hacer lo mismo?. Claro que lo podemos hacer, ¿pero que necesitamos?. Obviamente una propuesta, pero también, alguien que se “aventara” a convocar a efectuar ese trabajo. ¡No es fácil¡. Tomando en cuenta que el trabajo, exige tiempo y recursos, y una figura de esta envergadura, lo requiere.
Código Ambiental por lo tanto es un proyecto que nace, precisamente de los ciudadanos jóvenes, universitarios y además estudiantes de la carrera de Derecho. Pueden venir más iniciativas populares provenientes de otros lados y si eso ocurre, que mejor, pero por nuestra parte, la comunidad universitaria aragonesa se organiza para redactar un Código Ambiental y posteriormente, llevarla ante la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
Alguien preguntara, ¿Por qué no presentarla ante el Congreso de la Unión?, la respuesta sería que no es posible presentarla en esa instancia legislativa, dado que la iniciativa popular aun no está aprobado en la Constitución Política, inclusive, hasta el día de la fecha, apenas los diputados aprobaron la existencia de esta figura democrática, pero los requisitos  que solicita son el de 1% de firmas a nivel nacional. Algo así, como 700 mil firmas aproximadamente, tomando en consideración que se encuentran empadronados setenta millones de ciudadanos mexicanos.
Recabar el 0.4% de firmas del padrón electoral de quienes habitamos en el Distrito Federal no debe ser una tarea tan difícil, vendrían siendo 30 mil firmas, frente a los 700 mil que propone el Congreso de la Unión, sin embargo,  como saben todos los lectores, así sean recoger una, diez, cien, o mil firmas, es una tarea difícil, mas en estos días, en que tanto la política como nuestros políticos y nuestra joven democracia, resulta cuestionada, criticada, e inclusive, sumamente desprestigiada.
¿Por qué presentar esta iniciativa?, ¿Por qué complicarse la cabeza y sacrificar el tiempo para hacerlo?. Quizás con ésta pregunta, uno podría formular varias respuestas, pero lo primero que se me ocurre, es por la firme convicción de aportar a mi país, a mi futuro, una semilla legislativa, que espero rinda frutos para los próximos cincuenta años.

VALLE DE MEXICO (ACTUAL)

Código Ambiental no es un proyecto político, pero no deja de ser una actividad política. ¡Eso no es malo¡. La política es la actividad más altruista de todas las demás actividades que existen, es trabajar para el servicio y bienestar de los demás. Lamentablemente, el trabajo más altruista de todos, no deja de ser objeto de constantes críticas y de muy feroces cuestionamientos, yo también lo haría, sin embargo, debo responder ante estas preguntas, que Código Ambiental no pretende, ni menos puede hacerlo, participar o influir en el proceso electoral que se avecina. Es más, es de todos conocidos que nuestra democracia mexicana es partidista y deja poco margen de acción a la sociedad civil organizada, más aun, la que se encuentra desorganizada; si los ciudadanos nos confunden con algún partido político, hay que hacerles saber, que no regaláremos jergas para tortillas, cubetas para la leche, lápices, encendedores, cuadernos o inclusive materiales para la construcción de casas, tampoco somos narcisistas para dar a conocer nuestro nombre y fotografía en carteles o trípticos, menos aun en slogans publicitarios; no contamos con recursos públicos, porque estos son propiedad del pueblo, pero bajo el peculio de una aristocracia partidista que tiene secuestrado el país desde hace más de quince años.  Por lo tanto, los recursos económicos con los que se pretenden recabar 30 mil firmas, vendrán del tiempo voluntario y altruista que quieran aportar sus promotores. No reciben salario, ni de recursos públicos, menos aun de recursos privados, sino de sus propios bolsillo, que por cierto, en el patrimonio de un estudiante de una universidad pública, no crean que es mucho dinero.
¿En cuánto tiempo recabaremos las 30 mil firmas que pide la Ley de Participación Ciudadana del Distrito Federal para presentar una ley?. Si soy optimista, quizás en dos años, si soy pesimista, ¡nunca¡. Estoy cociente que podría hacer la desfachatez de llenar hojas con nombres y claves de credencial de elector a diestra y siniestra, pero eso, además de ser poco ético, sería tramposo, ilegal, inmoral; no pretendo exhibir la comunidad aragonesa con ese tipo de triquiñuelas; no falsificaremos firmas, ni claves, ni nada por el estilo,  porque eso sería demostrar a nuestra partidocracia aristocrática, que somos su mismo reflejo, con el que los legitima.
No presentáremos una iniciativa falsa, con firmas falsas. Lo reitero nuevamente.  Así sea que nos tardemos dos, tres, cuatro, cinco o seis años, la iniciativa será honesta, será verdadera, se correrá la voz y muchos la apoyaran realmente; hasta que finalmente, algún día cierto, la podremos presentar ante la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
El trabajo legislativo será arduo y complejo, muchos de los alumnos legisladores han aprendido sin darse cuenta, la técnica legislativa y normativa de encontrar en el ordenamiento jurídico, las antinomias, redundancias y lagunas que existen en todo ordenamiento jurídico; que bien que lo descubrieron, razonando el derecho.
Siempre he sostenido que el trabajo normativo es realmente el más complejo de todos. Las firmas, quizás con inteligencia y aprovechando los momentos oportunos, podríamos recabar las firmas que se requieran, pero sistematizar un Código Ambiental, será un trabajo transgeneracional; lo que hoy discutan los alumnos de derecho ambiental del semestre 2012-I, lo discutirán los de la generación 2013-I, 2014-I y consecuentes, hasta que finalmente, alguna generación concluya la obra legislativa.
Luego entonces, el proyecto Código Ambiental es demasiado completo, implica aprender a ejercer la democracia, recabando firmas y convenciendo a la ciudadanía sumarse el proyecto con su firma; y también, exige de los estudiantes de la carrera, a estudiar derecho ambiental, a darse cuenta, que la función legislativa, es noble, es científica, es técnica, es laboriosa; que no cualquiera pueda hacerlo, sin el debido esmero y conocimiento de la materia que pretende regular.
Código Ambiental no será una copia de otra ley o de otras leyes ecológicas, no permitiremos que el trabajo legislativo que presente la comunidad aragonesa los evidencie como alumnos supuestamente inteligentes, que pretendan engañar a su maestro; copiando textos de otras leyes. No será un trabajo escrito incongruente, sin orden ni lógica; pretende ser una obra legislativa, que deje un buen precedente en la historia legislativa del país, al poder presentar una ley de la ciudadanía, representada por sus futuros abogados.
¡Suena romántico¡. ¡Idealista¡. ¡Iluso¡. Prefiero que suene así, a que tenga que soportar la parálisis y la mediocridad de muchos de nuestros representantes populares, de nuestros funcionarios públicos, de nuestros ciudadanos, resignados porque este país y nuestra gran Ciudad, desaparezca entre el lodo de agua con mierda, entre el sol que nos quema, entre el agua con materia fecal que ingerimos para tomar. Prefiero una y mil veces hacer algo por mi ciudad y no sumarme en el millón y millones de almas, de todos mis semejantes que caminan sonámbulos, manipulados, engañados, objetos quizás de algún complot siniestro que planea una mil formas para enfermarlos y luego exterminarlos, con lo que comen todos los días sin saber lo que están comiendo.
Es una tarea difícil. Estoy consciente de eso y no faltara quizás algún alumno que piense que reprobara el curso por no juntar las firmas o por no presentar su articulado; eso sería actuar conforme a la cultura clientelar y del miedo con la que muchos mexicanos fuimos educados; lo importante de este proyecto, es sumarse al mismo y si uno no quiere, pues no sumarse y tantán. Las habilidades de los estudiantes de derecho no se demuestran únicamente recabando firmas, o redactando o ideando conceptos jurídicos, hay muchas formas de aprender, diferentes a vivir con el miedo y la simulación. En esta vida, las personas debemos tener libertad para hacer y no hacer las cosas que queramos. Quien trabaje porque alguien le ordene y tenga miedo de ejercer y defender su libertad, definitivamente esta jodido. Los alumnos de la FES Aragón deberán ser los futuros líderes sociales que requiere el país, si actúan con miedo, serán lamentablemente, parte de este sistema insustentable, que requiere renovarse para construir una sociedad más justa.  
VALLE DE MEXICO EN EL SIGLO XIX

Código Ambiental será un proyecto legislativo que deba generar agenda publica; no es una compilación de leyes, es más que eso, será una ley sencilla donde se contemplen los principios ambientales de ese nuevo pacto político, estimo no más de 250 artículos, la misma deberá establecer el nuevo pacto entre gobierno y sociedad civil; declarará los principios de democracia, derechos humanos, participación ciudadana, transparencia, rendición de cuentas, biodiversidad y respeto a la vida entre otros.
Código Ambiental definirá la Zona Metropolitana del Valle de México, como una gran región económica, bioregional, sustentable, acorde a la realidad social, cultural, política de la región; pretende desaparecer por completo las diferencias políticas y jurídicas entre quienes habitamos en el Distrito Federal y el Estado de México.
Código Ambiental es la ley que protegerá al suelo urbano y el de conservación, que hará memoria y honor al Lago de Texcoco, la región más transparente de América. Reconocerá y restablecerá en todo lo posible nuestro ecosistema, nuestra biodiversidad en reconocer nuestras diferencias. Establecerá el derecho al espacio público, donde puedan coincidir todos los seres vivientes, donde se pueda interactuar con el ecosistema y  discutir los asuntos de la comunidad, donde puedan convivir las familias, nuestros amigos y semejantes.
Código Ambiental es la declaratoria del derecho al agua. A convertir en cada inmueble, una unidad productiva recicladora de agua con azotea verde y hortalizas; es el ideal de habitar una ciudad sin ajetreo, sin estrés, sin perder horas de nuestras vidas en largos trayectos de la casa al trabajo a la escuela; es y será la ciudad de la igualdad, donde las clases sociales no tendrán distinción, en respetar los derechos del automovilista y del ciclista.
Es un proyecto importante, que deberá generar la actividad productiva y sustentable, de hacer que las emisiones, las descargas y los residuos que afecten al ambiente, ayuden no solamente a generar la riqueza, sino también a restituir los daños ambientales ocasionados. Generara en la sociedad civil la corresponsabilidad de la tutela ambiental y también, nuevas formas de responsabilidad de quien contamine.
Código Ambiental es también las bases de la educación ambiental. La fuente de energía que impulse la ciencia y tecnología de los educandos, que incentive la innovación y creatividad de los que aquí habitamos, que logre la desaparición del papel, del humo gris, del plástico, de todo material contaminante; es el proyecto científico mexicano de sustituir en los próximos cincuenta años, al petróleo y encontrar y nutrir a nuestro Valle, en otras fuentes alternativas de energía.
Lo más importante del proyecto, serán las políticas públicas que deberán seguirse para los próximos cuarenta años; la constitución de una nueva administración pública, con servidores públicos acordes a las necesidades de la región, con sensibilidad ambiental, pero también con conocimiento y compromiso social, que logren dar resultados, a corto, mediano y largo plazo, para la transformación ecológica de la Ciudad.
Hay mucho trabajo por realizar. Que los estudiantes continúen redactando el Código Ambiental, mientras que los ciudadanos que confíen en nosotros, nos proporcionen su aval. ¡Que quede claro¡ No regalaremos promesas políticas, simplemente, estamos sembrando la semilla de la Ciudad que no es prestada en el tiempo.
Solo necesitamos tu nombre, tu clave de credencial de elector y tu firma; que lo demás, lo seguimos haciendo nosotros. (con tu apoyo).

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